¿Estás pensando en dar a tu hogar un nuevo aspecto? Para ello y para aportar ese toque de elegancia que buscas, lacar puertas es una solución genial.
Las puertas lacadas son uno de los tipos de puertas más frecuentes en la actualidad; podemos verlas tanto en hogares como en locales comerciales, y son una gran solución si vas buscando unas puertas resistentes y económicas.
En el caso de que estés dudando si lacar puertas o comprarlas nuevas o si te preguntas si merece la pena lacar puertas, sigue leyendo, porque este artículo es perfecto para ti. ¡No te lo pierdas!
¿Qué debo hacer, comprar o lacar?
Claro, es muy posible que te hagas esta pregunta a la hora de emprender una renovación de estas características en tu casa. Es un dilema al que te enfrentarás.
Tanto una opción como la otra tiene sus ventajas y sus inconvenientes, y tal vez, leyendo este artículo te aclares un poco más. Es verdad que estrenar una puerta nueva puede hacer ilusión por el simple hecho de ser nueva, pero lacarla también es una gran idea, sobre todo, si la madera de la puerta es de calidad.
¿En qué consiste el lacado de puertas?
En primer lugar, el lacado de puertas se lleva siglos utilizando para darle una nueva vida a estos elementos que todos tenemos en casa, en oficinas… Se trata de una técnica mediante la cual se recubre la puerta con esmalte-laca que se seca cuando los disolventes presentes en el líquido se evaporan. El resultado final es una superficie resistente y lisa.
Para lacar puertas adecuadamente habrá que aplicar varias manos de lijado, así como varias capas de esmalte- laca en la base de madera. La materia ideal para hacer este lacado es una sustancia compuesta por fibras de madera y resina, que tenga propiedades adecuadas para que el resultado sea el esperado.
Hay que tener en cuenta que el número de capas que se le aplique, así como la cantidad de esmalte- laca y la cantidad tendrá mucho que ver con el resultado final.
Por lo general, la forma de lacar puertas es pulverizando en una cabina.
No es hasta la capa final cuando se le da el brillo y el color, siendo el blanco mate la terminación más usada habitualmente. Por otro lado, se somete a un secado especial de modo que el polvo no se adhiera al esmalte- laca.
Ventajas de lacar las puertas
Hay muchas ventajas en el lacado de tus puertas. Te contamos algunas de ellas.
Son más resistentes
Cuando lacamos una puerta, la hacemos más resistente a la humedad. Esto las convierte en perfectas para colocar en lugares con más humedad de nuestro hogar, o más calurosas. Ten en cuenta que factores como estos pueden hacer que la madera tenga una vida mucho más corta y levantar pinturas.
Son más sencillas de limpiar
El lacado crea superficies totalmente lisas en las que el polvo no se adhiere. Esto hace que una limpieza diaria, solo con un paño húmedo, va a garantizar su aspecto impecable siempre.
No uses nunca productos abrasivos, y si puedes, utiliza cera incolora para protegerla de golpes y arañazos.
Muchos colores y acabados a tu disposición
Lacar puertas, como ya hemos dicho, es darles una vida nueva y duradera. Una de las principales ventajas es que puedes encontrar una gran catálogo de colores y de acabados, con lo que puedes hacer de tu puerta lo que quieras.
Seguro que encuentras el acabado y el color que encaja a la perfección con lo que tienes en tu mente. Además, con el lacado tienes puertas perfectamente uniformes en acabado y color.
Cómo lacar puertas paso a paso
En primer lugar hay que insistir en que se trata de un proceso complejo, y por esa razón conviene acudir a profesionales si lo que quieres es, de verdad, un resultado profesional.
Lo primero que haremos será quitar las puertas y colocarlas en un buen lugar para poder pintarlas y secarlas. La pistola es la mejor forma de hacerlo.
Acto seguido, se lija la puerta para abrir el poro de la madera. Por lo general se suele usar una lijadora eléctrica que garantiza un buen acabado. Una vez esté bien lijada por todos lados, lo que se hace es aplicar una capa de imprimación selladora.
Tras esto, se deja secar y se vuelve a lijar la puerta de una manera muy suave, de forma que se eliminen las imperfecciones que hayan podido quedar pegadas en la selladora.
Una vez hecho, es el momento de aplicar la laca extendiéndola por toda la puerta de forma uniforme y, luego, se deja secar unas doce horas. Tras su secado se vuelve a lijar con una lija suave para quitar las impurezas que hayan quedado y se limpia para retirar el posible polvo, y se vuelve a lacar y secar. En el caso de que la puerta no haya quedado cubierta del todo, volvemos a lijar muy suave y limpiamos el polvo restante. Luego, le volvemos a dar una mano de laca.
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Como has podido ver en este artículo, lacar una puerta es un proceso que requiere mucho tiempo y que no es nada sencillo. Además, si no lo haces adecuadamente, el resultado que obtendrás no será el que quieres. No quedará profesional.
Por esta razón lo mejor es curarte en salud, confiando siempre en especialistas en el lacado de puertas. Si quieres aprovechar alguna de tus puertas antiguas y darles una nueva vida, ponte en contacto con nosotros. Contamos con pintores especialistas que dejarán tu puerta como nueva.
Y si prefieres renovar el look de tu casa comprando puertas lacadas nuevas, echa un vistazo a nuestro catálogo. ¡Las tenemos de todos los estilos y colores!
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